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Calefacción municipal un método probado de energía sostenible
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Nuestras operaciones son una parte fundamental de la infraestructura de la ciudad de Estocolmo",
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Per Ljung, responsable de operaciones de Stockholm Exergi.
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Las bombas de calor y los sistemas de calefacción municipal contribuyen significativamente a reducir las emisiones de carbono, ya que acaban con el uso de calderas individuales en cada casa",
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Rasmus Rubycz, director de mercado de New Energy de la división Gas and Process de Atlas Copco
Ahora que el mundo está tomando conciencia de la urgente necesidad de alternativas a los combustibles fósiles, Estocolmo, la capital de Suecia, ya cuenta con una solución energética plenamente operativa y respetuosa con el medioambiente que lleva funcionando más de medio siglo.
La cuestión de la energía segura y sostenible es un desafío global cuya importancia aumenta cada día, y en Estocolmo ya cuentan con una tecnología consolidada que muchas otras ciudades podrían tomar como modelo. Alrededor del 90 % de los edificios de la ciudad están conectados a una red de calefacción municipal considerada uno de los mayores sistemas de calefacción municipal de Europa.
El sistema, gestionado por la empresa energética Stockholm Exergi, consigue su energía de diferentes fuentes renovables, como aguas residuales tratadas, residuos forestales y residuos municipales.
La calefacción municipal distribuye el calor, obtenido a partir de agua caliente o vapor, a través de una red de tuberías subterráneas a casas unifamiliares y bloques de apartamentos. La idea principal para la red de Estocolmo se desarrolló en 1969 para ampliarse posteriormente en 1986. Esta innovadora tecnología ha reducido las emisiones nocivas en la zona de Estocolmo; por ejemplo, las emisiones de CO2 se han reducido un 60 % desde 1980.
La actitud previsora de Estocolmo a la hora de apostar por la calefacción municipal es un claro ejemplo de cómo se puede priorizar la sostenibilidad y fomentar una economía circular. La ciudad reutiliza o redistribuye recursos que, de otro modo, se desperdiciarían, y los utiliza para la calefacción (y también para la refrigeración mediante una tecnología independiente). De esta forma, reduce los residuos y el impacto en el medioambiente, a la vez que beneficia al mayor número de personas posible.
"Nuestras operaciones son una parte fundamental de la infraestructura de la ciudad de Estocolmo", afirma Per Ljung, responsable de operaciones de Stockholm Exergi.
"Estocolmo depende de que seamos capaces de producir una fuente de calor y energía constante y fiable, y trabajamos con muchos clientes importantes, incluidos hospitales y residencias de ancianos".
¿Cómo funciona la solución de calefacción municipal?
La planta de calefacción municipal que Exergi posee en Hammarby, al sur del centro de Estocolmo, alberga siete bombas de calor que proporcionan aproximadamente 220 megavatios de energía. Estas bombas de calor son la base principal de la producción de calor para la red de calefacción municipal.
"En esta planta, utilizamos aguas residuales municipales de una planta de tratamiento de aguas residuales cercana", explica Per Ljung.
"El agua tiene una temperatura de entre 15 y 20 °C que nos encargamos de aumentar, hasta una temperatura de entre 70 y 80 °C, y que luego utilizamos para producir calor para la ciudad. Proporcionamos más del 90 % de la calefacción de la ciudad, y todos sus apartamentos y casas obtienen el agua caliente del grifo y para la ducha del calor que se produce aquí".
El corazón del sistema
La latitud septentrional de Estocolmo implica que su clima sea frío durante gran parte del año, por lo que las bombas de calor deben ser fiables. Atlas Copco suministra turbocompresores para dos de las bombas de calor principales y Per Ljung afirma que son piezas fundamentales del sistema.
"Las bombas de calor que dependen de los turbocompresores de Atlas Copco ofrecen la máxima fiabilidad, algo extremadamente importante teniendo en cuenta nuestro volumen de producción. De hecho, utilizamos estos compresores desde 1997. Puede parecer mucho tiempo, pero reemplazamos los componentes electrónicos y realizamos un mantenimiento periódico de las piezas, por lo que tenemos prevista una vida útil de producción de al menos 24 años más", comenta Per Ljung.
Rasmus Rubycz, director de mercado de New Energy de la división Gas & Process de Atlas Copco, visitó recientemente las instalaciones de Hammarby y se sintió muy orgulloso de saber que la tecnología de Atlas Copco hace posible el funcionamiento de una solución tan respetuosa con el medioambiente.
"Sin los compresores no sería posible bombear el calor de las aguas residuales tratadas desde un nivel inferior hasta el nivel al que finalmente se suministra a la red de calefacción municipal, es decir, la calefacción municipal no tendría manera de salir del sistema. Por lo tanto, los compresores son el corazón de este proyecto".
Añade: "Es genial trabajar con una empresa con la que compartimos valores en materia de sostenibilidad. Es una relación muy natural".
Próximo objetivo: emisiones negativas de CO2
Entonces, ¿podríamos considerar esto un proyecto para un mundo que necesita un enfoque más limpio y seguro con respecto a la producción de energía? Después de todo, en 2020 se calculó que, a nivel mundial, la producción de calor representó casi la mitad de todo el consumo de energía.
"Las bombas de calor y los sistemas de calefacción municipal contribuyen significativamente a reducir las emisiones de carbono, ya que acaban con el uso de calderas individuales en cada casa", afirma Rasmus Rubycz.
"Esto significa que solo es necesario implementar la tecnología más avanzada y eficiente en un único punto central, y que es posible llegar a todos los usuarios conectados a la red".
"Lo que más me impresiona de Stockholm Exergi es que fue pionera a la hora de poner el sistema en marcha, no solo a modo de demostración. La planificación de la instalación en Hammarby comenzó en la década de los 80, lo que significa que la empresa ya utilizaba esta solución cuando el resto del mundo ni siquiera se lo planteaba. ¡Lo apostó todo desde el principio!", añade Rasmus.
Per Ljung asegura que Stockholm Exergi no se conforma con lo que ha conseguido y que quiere llegar aún más lejos en su viaje hacia la sostenibilidad.
"Utilizamos fuentes renovables de diferentes tipos para más del 99 % de la energía que producimos. El único aceite de calefacción fósil que usamos es para poner en marcha las plantas. El siguiente paso es intentar conseguir emisiones negativas y capturar todo el CO2 de las plantas de biomasa para bombearlo de nuevo al suelo. Así haremos de Estocolmo un lugar único y beneficiaremos tanto a nuestros clientes como a la sociedad".
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